Los canes frecuentemente son criaturas muy activas, pero en algunos casos esta cualidad se intensifica convirtiéndose en un comportamiento inusual denominado hiperactividad o hiperquinesia. Por ello, en este artículo, te vamos a hablar sobre sus indicadores, tratamiento y prevención.
Indicadores de hiperactividad/hiperquinesia: El perro se desplaza inquieto de un lado a otro, mostrando agitación e incapacidad para relajarse. Salta, corre, experimenta taquicardia, jadea constantemente y presenta mayor salivación. Se muestra agitado y excitado (incluso sin estímulos), dando la sensación de no poder descansar.
La falta de ejercicio físico y mental probablemente sea la principal causa de este comportamiento. Los canes hiperactivos suelen ser excluidos de las actividades del hogar o de la interacción con sus dueños, creando un círculo vicioso de carencias sociales y físicas que alimentan su hiperactividad.
Aunque generalmente estos animales no tienen intención de lastimar a nadie, los comportamientos impulsivos como saltar a menudo pueden ocasionar daños. Es recomendable acostumbrar al perro a estar confinado en un lugar seguro, lo cual puede ser útil ante situaciones que lo exciten. Esto permite apartar al animal de la situación y, con el tiempo, obtener una respuesta menos exagerada.
Algunas técnicas para modificar el comportamiento incluyen realizar caminatas diarias con la mascota y participar en juegos como lanzar y recuperar objetos. Se debe crear un entorno tranquilo y cómodo donde el animal pueda explorar libremente. Se deben recompensar los comportamientos relajados, calmados y obedientes.
El veterinario y los especialistas en comportamiento animal pueden recomendar diversas técnicas para abordar este tipo de conducta, e incluso recetar medicamentos si es necesario para mejorar el comportamiento.
Prevención: Seleccionar cuidadosamente a la mascota al adoptarla de un refugio o criadero, teniendo en cuenta sus rasgos de personalidad y comportamiento; proporcionar ejercicio y estimulación mental adecuados; iniciar la educación en obediencia desde temprana edad (a partir de las 8 semanas) para establecer conductas positivas.